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Una visita anual al urólogo puede salvar la vida de muchos hombres con cáncer de próstata. La Razón

El cáncer de próstata es una de las enfermedades más comunes entre los varones mayores de 50 años. Es una patología silenciosa, que no da síntomas, y que hasta hace muy poco casi siempre se detectaba tarde, es decir, cuando había provocado metástasis en otros órganos y no se podía curar. Hoy día esa tendencia se ha invertido y son muchos los hombres que consiguen superarlo, en gran parte gracias a los avances de la medicina urológica y, sobre todo, al diagnóstico precoz.

“El cáncer de próstata es una enfermedad absolutamente silente, por eso es tan importante hacerse revisiones periódicas, porque si no las haces te enteras cuando tienes metástasis, y ahí ya es imposible resolverlo. Pero si el paciente va al urólogo una vez al año éste lo puede detectar de forma precoz cuando está empezando, en una fase en la que el tumor es muy controlable y cuando tiene posibilidades altísimas de curación”, señala el doctor Enrique Pérez-Castro, especialista en Urología y jefe de las unidades de Urología y de Litiasis Renal y Endourología del Hospital de La Luz de Madrid.

En esas revisiones el urólogo comprueba el estado de la próstata del paciente a través de diversas pruebas. La más común y reveladora es el análisis de sangre del Antígeno Prostático Específico (PSA), un indicador que hace saltar todas las alarmas cuando es muy elevado.

“El PSA es una luz roja que se enciende y advierte a los urólogos si hay que investigar esa próstata. No obstante, no sólo se eleva con el cáncer, también con otros problemas como la prostatitis, por lo que lo que nos señala es que hay que estudiarla con más atención”, señala el Dr. Pérez-Castro.

De esta forma, si el PSA es elevado, el urólogo procede a hacer primero un tacto rectal para tratar de detectar alguna anomalía mediante esa exploración, y si no encuentra nada anormal realiza una resonancia nuclear magnética multiparamétrica, con la que se ve perfectamente la próstata y se puede comprobar con facilidad si hay o no un cáncer.

ELIMINACIÓN DEL CÁNCER
Una vez detectado, y siempre que se haya hecho de forma precoz, la eliminación del cáncer de próstata se puede hacer de forma sencilla mediante dos procedimientos: la cirugía y la radioterapia externa.
“La cirugía que usamos es laparoscópica, no necesita que se abra al paciente. En tres o cuatro días está en su casa, y a las dos semanas como máximo puede volver a hacer vida normal sin que necesite más que una vigilancia periódica”, explica el jefe de Urología de la Luz.

El proceso quirúrgico que se practica a un enfermo con cáncer de próstata es, por lo tanto, mínimamente invasivo, y consiste en una pequeña incisión en el abdomen a través de la cual se extrae la próstata por completo, incluida la vesícula seminal y, a veces, también los ganglios linfáticos. Esto no supone ningún problema para el hombre intervenido, puesto que “el paciente puede vivir perfectamente sin próstata Los únicos problemas que puede tener son escapes de orina, que se dan en un 3 o 4% de los intervenidos, o dificultades de erección. Pero en este último caso el contratiempo es menor, porque hoy día hay una gran cantidad de tratamientos que lo resuelven bastante bien”, señala el Dr. Pérez-Castro.
Por otra parte, el procedimiento por radioterapia consiste en la eliminación de las células cancerígenas mediante altas dosis de radicación aplicadas en la zona afectada.

CONCIENCIACIÓN
A pesar de los grandes avances que han permitido eliminar el cáncer de próstata sin mayores contratiempos, el Dr. Pérez-Castro subraya que de nada sirven todas estas innovaciones si los hombres mayores de cincuenta años no toman conciencia de la importancia que tienen las revisiones de próstata anuales.
“Las mujeres son más inteligentes que nosotros en ese sentido, ya que van todos los años al ginecólogo. El hombre debe tener en cuenta que esta visita, que puede durar media hora y es una vez al año, puede salvarle la vida. Creo que, por lo que se gana en tan poco tiempo de dedicación anual, es una inversión bastante rentable”, afirma el jefe de Urología de La Luz.
El Dr. Pérez-Castro recomienda que todos los hombres comiencen a hacerse revisiones anuales de próstata a partir de los 50 años en circunstancias normales, y a partir de los 45 años si algún familiar directo, como el padre o algún hermano, ha tenido cáncer de próstata.

EVOLUCIÓN
Los avances en el tratamiento del cáncer de próstata en los últimos 30 años han sido enormes. En los años ochenta padecer este tipo de enfermedad era sinónimo de muerte, mientras que en la actualidad más del 80% de los hombres que lo llegan a padecer lo superan y consiguen recuperarse completamente.
En esa evolución de la cura del cáncer de próstata el Dr. Pérez-Castro destaca especialmente el descubrimiento del PSA, que contribuye a que cada día se detecte antes esta enfermedad, por lo que cada vez se interviene con mayores posibilidades de éxito.

“Antes no se iba nunca a una revisión al urólogo. Pero cuando se empezaron a ver las ventajas del PSA para realizar un tratamiento precoz, y las posibilidades de curación tan elevadas que ofrecía, se empezó a tomar conciencia de que había que ir una vez al año. El PSA ha sido un avance importantísimo, porque nos ha permitido detectar antes el cáncer de próstata y curarlo mucho más”, señala.